La mentalidad salvadoreña se origina de la supuesta necesidad de
sentirse “bien”. Lo anterior es una de las falsedades más grandes en el mundo,
en El Salvador se piensa que más es mejor y que lo feo es malo, se piensa que
el que tiene más es mejor que los demás y al que más hombres o mujeres le
llegan es el rey o reina de la fiesta. En El Salvador se da mucho que el hombre
por tener más mujeres es el mejor macho alfa a nivel nacional, piensa que le da
estatus entre sus amistades, sin embargo, eso se identifica que al querer
presumir su “hombría” demuestra que es menos hombre que cualquiera y que de
probar el polen de tanta flor no hace ni una sola botella de miel. Ya voy
llegando al típico Don Juan, el hombre que vive interesado en todas y a la vez
en ninguna, un sin vergüenza, charlatán, poco hombre y mentiroso, que se la
vive llenando de ilusiones a cualquier mujer a la que se le acerca. No es
difícil ver con los ojos bien abiertos que son unos lobos vestidos con pieles
de ovejas, blancas ovejas. Muchos en el país con esa mentalidad son los que con
nada consiguen todo, los de las palabras dulces que desbordan mentiras, los que
bajan el cielo, la luna, el sol y las estrellas, así de sin vergüenzas son,
usualmente son los más feos, pero los que más bonito hablan, yo aplicaría eso
al dicho de “Verbo mata carita” y para variar son los que tienen más hijos
regados que esquirlas en explosión de granada. La otra categoría es el
casanova, el conquistador desligado de los compromisos serios, que busca a su
víctima meditativamente perfecta, a la cual busca, se acerca y hace de las
suyas, usualmente nunca más se le vuelve a ver y si se le ve es seduciendo y
conquistando a la nueva presa, dejando entre dicho que su único interés es
complacer su momento si ningún ligamento. ¡Vaya hombres! Pero para que me post
no se vea sesgado, vamos con el género femenino, la mentalidad en la mayoría de
las mujeres salvadoreñas es que sin un hombre a su lado no pueden vivir ¿Quién
les ha dicho semejante mentira? Muchas aguantan la humillación y bajeza de ser
maltratadas por un asqueroso hombre, inútil y bueno para nada, pero… no sé qué
es peor, si vivir a expensas de un hombre abusivo, borrado y desmedido en algún
tipo de vicios o una mujer sumisa que piensa que ese ser algún día va a ser
distinto. Y como diría mi tía, no será culpa del indio, sino de quién lo hace
su compadre, no sólo es culpa del hombre, también es culpa de la mujercita que
sigue creyendo que la luna es queso. Continuando con mentalidades, veamos la de
la mujer que se da duro con su pareja, termina uno con un rayón, la otra con un
ojo morado y los brazos morados y aun así sigue creyendo que la ama… Es
increíble, pero muy cierto de ese tipo de mentalidades ronda por las bellísimas
cabecitas de muchos salvadoreños, aún yo como salvadoreña me incluyo en más de
alguna que no mencioné. No todo está perdido, espero algún día una deidad
suprema se apiade de nosotros.
Portillo Araujo, Lorena María
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Lorena Araujo